La llegada de un nuevo año tiene un efecto especial en el estado de ánimo de las personas. En las culturas occidentales, los amigos y las familias celebran rituales para dejar atrás los fantasmas del año que acaba y dar la bienvenida a las nuevas oportunidades que puedan surgir con el cambio de año. En Japón, el «shōgatsu», el «Año Nuevo japonés», es tan importante como la Navidad para la mayoría de los europeos. El día de Año Nuevo se llama «Ganjitsu».
Desde 1893, el Año Nuevo japonés se celebra el 1 de enero, de acuerdo con el calendario gregoriano, que fue introducido en 1873. Es interesante mencionar que, antes de que cambiaran los calendarios, la celebración de Año Nuevo tenía lugar el día del Año Nuevo chino, conocido también como Fiesta de la Primavera. Este hecho todavía se refleja en la fórmula empleada para felicitar el Año Nuevo japonés: «shoshun» (que significa «comienzo de la primavera») o «geishun» (que significa «dar la bienvenida a la primavera»).
108 campanadas
Hacia la medianoche de la víspera de Año Nuevo, la mayoría de japoneses se reúnen en su templo local para empezar el «joya no kane», el toque de una campana, 108 veces. Cada campanada representa uno de los 108 deseos mundanos del Budismo, relacionados con la inquietud y el sufrimiento. La campana suena 107 veces en el año que acaba para que las personas puedan deshacerse de los deseos que se han acumulado durante el año; la campanada número 108 marca el inicio del nuevo año y supone un nuevo comienzo para el espíritu de las personas. En algunos templos, como el templo Todaiji de Nara o el templo Chion-in situado en Kioto, las campanas son tan grandes que para hacerlas sonar como es debido se necesitan 17 monjes.
Una celebración de los comienzos
Una tradición popular y significativa es «hatsuhinode», la bienvenida del primer amanecer del nuevo año. La gente suele subir a lo alto de un edificio elevado y a las cimas de las montañas, o se reúnen en playas o campos abiertos. Especialmente los puntos de observación del monte Fuji, la montaña más alta de Japón, están muy concurridos. Durante esa época, los medios de comunicación informan sobre los lugares concretos y la hora exacta en que se puede ver la salida del sol en Japón. «Hatsuhinode» representa la esperanza y la regeneración, en que las personas buscan un nuevo comienzo libre de cargas en el año nuevo. No es poco habitual que los japoneses celebren este acontecimiento cuando están lejos, fuera del país.
En general, los japoneses prestan especial atención a las cosas que hacen por primera vez en el año nuevo. Por ejemplo, «hatsuyume» describe el primer sueño del año. La gente cree que el contenido de este sueño es un esbozo de lo que puede ocurrir durante el año. Otro ejemplos son «hatsumode», la primera visita al santuario y «hatsugama», la primera ceremonia del té, que también se celebran. Poner el énfasis en lo que se hace por primera vez en Año Nuevo es una manera de asegurarse de que la buena suerte les acompañará en los meses venideros.
Nengajō: saludos en una postal
«Nengajō», las postales del día de Año Nuevo, son muy populares durante el «shōgatsu». La gente escribe estas tarjetas a sus familiares y amigos, y especialmente aquellos que viven lejos saben de esa manera que sus seres queridos están bien. Puesto que se envían muchísimas tarjetas, las oficinas de correos japonesas tienen mucho trabajo el 1 de enero, el día en que la tarjeta debe llegar, si lleva escrita la palabra «nengajō». Las tarjetas pueden comprarse normalmente en una papelería y tienen espacio en blanco para que el remitente escriba un mensaje personal a mano. No obstante, es bastante frecuente diseñar las tarjetas personalmente con el ordenador, y aquellos que tienen que enviar muchas tarjetas suelen utilizar sellos de caucho con mensajes tradicionales de Año Nuevo. Hay gran variedad de diseños: muchas veces se representa un animal del zodiaco chino, pero también pueden aparecer personajes conocidos de dibujos animados. Los mensajes normalmente versan sobre buenos deseos y felicidad para el nuevo año. Los jóvenes suelen enviar sus felicitaciones por el teléfono móvil.
postal típica japonesa de Año Nuevo, llamada «nengajō»
Otoshidama: el aguinaldo para los niños
A los niños les encanta recibir un sobrecito el día de Año Nuevo, el llamado «pochibukuro». Contiene el «otoshidama», un poco dinero que los adultos entregan a los pequeños de la familia. Puede llevar hasta 10.000 yenes (unos 81 euros). Habitualmente, los niños se compran los juguetes que quieren con ese dinero, pero a veces los padres se quedan más o menos con la mitad para guardarlo en los ahorros de los niños. El «otoshidama» se da desde edades muy tempranas, tanto a bebés como a niños pequeños, hasta la edad de 20 años, cuando se considera que se alcanza la edad adulta. Los sobres, que suelen tener cuidados diseños que representan personajes populares o bonitos motivos, se entregan normalmente durante los tres primeros días del nuevo año, aunque pueden enviarse por correo si no es posible verse personalmente. Además, los niños aprenden el valor del dinero y lo importante que es ahorrarlo.
Osechi-ryōri: comida para varios días
«Osechi-ryori» en un «jubako»
Por supuesto, el «shōgatsu» solo está completo si se consume «osechi-ryōri», la tradicional comida japonesa de Año Nuevo. La tradición se remonta al periodo Heian de la historia japonesa (794-1185). Originariamente, los «osechi-ryōri» permitían a las familias tener comida cuando los establecimientos en Japón estaban cerrados por vacaciones, pues los ingredientes aguantan varios días sin estropearse. Los diferentes platos están envasados de forma muy eficiente en unas cajas especiales llamadas «jubako», que pueden apilarse para optimizar su almacenamiento. La gastronomía está basada principalmente en el marisco, aunque con el tiempo ha aumentado la variedad de los platos. Es interesante mencionar que cada plato tiene un significado especial a nivel espiritual: «kazunoko», las huevas del arenque, por ejemplo, representa el deseo de tener descendencia en el nuevo año. Así, la presentación de la comida al servirla es muy importante, ya que complementa el significado espiritual de cada plato. Los «mochi» (pastelitos de arroz) también suelen incluirse en los «osechi-ryōri». La comida se prepara con varios días de antelación porque las mujeres no deben cocinar el día de Año Nuevo. También se pueden comprar «osechi-ryōri» precocinados en supermercados y tiendas de comestibles a partir de unos 10.000 yenes (unos 81 euros) para dos personas.
Shōgatsu en el extranjero
En Europa, Düsseldorf alberga una de las comunidades japonesas más grandes, junto a Londres y París. El «Club japonés» local, fundado en 1964, organiza numerosas actividades para facilitar la integración de la población japonesa. Como consecuencia, el «shōgatsu» se celebra en cooperación con la comunidad germano-japonesa local. La casa EKO de la cultura japonesa en Düsseldorf invitó a budistas y no budistas a asistir a las 108 campanadas del «joya no kane» en 2016.
Independientemente de donde se encuentren los japoneses, cuando se reúnen a celebrar el «shōgatsu», se unen para dar la bienvenida al Año Nuevo, para reflexionar sobre sus esperanzas y deseos, y para admirar la belleza de la naturaleza. No es de extrañar que el «shōgatsu« sea tan apreciado.
Créditos de las imágenes:
postal típica japonesa de Año Nuevo, llamada «nengajō». Fuente: usuario de Wikipedia -User “Halowand“, (CC BY-SA 3.0)
«Osechi-ryori» en un «jubako». Fuente: Wikimedia Commons, (CC BY-SA 3.0)