Un día en la vida de Boudewijn Kock

En la sección «Un día en la vida» se presenta a empleados de SEKISUI de toda Europa en su vida laboral cotidiana. En esta ocasión, Boudewijn Kock, de SEKISUI S-Lec, ubicada en Geleen (Países Bajos), nos ofrece algunas impresiones de su trabajo diario y su vida personal.

Desde 2007, Boudewijn Kock trabaja como operador de procesos para SEKISUI S-Lec en la planta de Geleen, en los Países Bajos. Tiene 52 años, lleva casado casi 25 años y tiene dos hijos adultos. Vive con su mujer, Brigitte, en Elsloo, una pequeña localidad situada a poca distancia en coche de Geleen y muy cerca de la zona donde Boudewijn nació y creció. «No soy un trotamundos, pero, por supuesto, me gusta viajar, sobre todo a Italia».

Boudewijn, Brigitte y su perro Jax
En Francorchamps 2017
Boudewijn, de vacaciones en Italia

Más de 30 años en la industria química

Tras acabar la escuela, Boudewijn empezó su formación en el sector químico y cerámico y nunca ha dejado de trabajar en este campo desde entonces. «Mi padre también trabajaba en la industria química y fue jefe de planta durante 15 años. Casi todo lo que sé lo aprendí de él».

Antes de entrar en SEKISUI S-Lec, Boudewijn ya había adquirido mucha experiencia práctica como operador de procesos en diferentes empresas. Mientras trabajaba para una de ellas, Boudewijn tuvo un segundo empleo bastante inusual, que realizó durante casi diez años: trabajaba como enterrador en una funeraria.

Optimización y funcionamiento del proceso

En su trabajo, Boudewijn tiene que gestionar una gran variedad de tareas y dispositivos. Además de comprobar los tanques de la fábrica y ayudar con la logística, controlar la fábrica desde la sala de mando es una de las responsabilidades del operador de procesos. Unos grandes monitores le permiten observar si el proceso de producción transcurre sin problemas o si se produce alguna disfunción. En el laboratorio de control de calidad, por otro lado, analiza las muestras que se toman para detectar posibles problemas de calidad o defectos de fabricación. Boudewijn disfruta todos los aspectos de su trabajo y no tiene ninguna preferencia específica.

Boudewijn y sus compañeros de equipo se aseguran de que todo el proceso de producción funcione sin problemas. Cada equipo está formado por cuatro personas: un supervisor, un operador de procesos sénior y dos operadores de procesos. «Normalmente somos cuatro personas, pero al menos tres personas tienen que estar aquí para controlar la fábrica».

Lo que más le gusta de su trabajo son sus compañeros de equipo y la gente de SEKISUI. Con frecuencia trata diferentes cuestiones con otros departamentos, como por ejemplo el laboratorio de control de calidad.

Juntos mejoramos las cosas y las hacemos más seguras

Seguridad en el trabajo ante todo

Debido a la amplia variedad de tareas, Boudewijn no tiene responsabilidades u obligaciones diarias. Sin embargo, la seguridad es un aspecto importante en la planta de producción. «Cada día es diferente. Lo principal es trabajar de forma segura todos los días. La tarea diaria primordial es garantizar la seguridad en el trabajo ante todo». Por esta razón los monos especiales, los cascos y las gafas protectoras forman parte de su equipo de trabajo habitual.

caja de gafas protectoras para trabajar en el laboratorio

En la sala de mando, un póster con emoticonos recuerda a los empleados este importante tema y les muestra qué tipo de emociones pueden dar lugar a un accidente. «Por ejemplo, nos dice que no nos precipitemos ni trabajemos de mal humor». Y da buenos resultados: en el comedor, un cartel indica los días que han pasado desde el último accidente, un recordatorio para todos los empleados y la prueba de que la seguridad es necesaria.

póster de seguridad en la sala de mando
cartel en el comedor

Comprometido con la responsabilidad social en el comité de empresa

Además de su trabajo como operador de procesos, Boudewijn forma parte del comité de empresa de SEKISUI S-Lec desde 2009. Concibe su cometido como una especie de función diplomática: «El trabajo debe ser satisfactorio para ambas partes, para SEKISUI y para los compañeros. Nosotros somos el nexo que media». Una o dos veces al mes, Boudewijn va a la planta de Roermond, donde se celebran las reuniones del comité de empresa.

Hace poco ultimaron las nuevas condiciones laborales que entrarán en vigor el 1 de abril de 2018. A partir de ese momento, las plantas de Geleen y Roermond tendrán al fin las mismas condiciones. «Y corresponde al equipo de RR. HH. y al comité de empresa informar a los compañeros de las nuevas normas y proporcionarles información general».

Boudewijn mirando su correo electrónico

El siguiente proyecto ya está sobre la mesa: va a elaborarse un nuevo sistema de gestión de rendimiento (PMS o Performance Management System), una guía que ayuda a valorar el trabajo realizado.

Todos los días son diferentes

La planta de producción de Geleen está en funcionamiento 24 horas al día, 7 días a la semana, lo que implica que Boudewijn no tiene un trabajo normal de nueve a cinco, sino que trabaja en turnos. «Trabajo seis días: los dos primeros en turno de mañana, dos días en turno de tarde y, por último, dos días en turno de noche».

Va al trabajo en coche o en bicicleta, en función del tiempo y del horario. El comienzo de cada turno sigue la misma rutina. En primer lugar, Boudewijn se prepara un café y, a continuación, se hace el cambio de turno. «Leemos el libro de registro y podemos pedir al operador del turno anterior que nos dé más información». Después, el supervisor asigna las diferentes tareas a los miembros del equipo y Boudewijn pasa su turno en la sala de mando, en el laboratorio de control de calidad o en la fábrica.

pasarela entre el edificio de oficinas y la fábrica
vista de la planta

Cuando trabaja en el turno de noche, Boudewijn se levanta a las 12:30 del mediodía, se toma un café y se da una ducha. Después, va al supermercado y compra algo de comida para cocinar más tarde. Boudewijn cocina con frecuencia, sobre todo comida italiana, griega e indonesia. A las 6 de la tarde, su mujer llega a casa del trabajo y cenan juntos. Sobre las 9:30 de la noche, Boudewijn sale de casa para ir al trabajo. Aunque algunas personas tienen dificultades con el trabajo en turnos, a él no le importa. «Me gusta más trabajar en turnos que un trabajo diario».

Sobre masajes, puntos gatillo y loros habladores

Las tardes que Boudewijn no trabaja en la planta, las pasa en el club de fútbol VV Groene Ster, donde forma parte del equipo de asistencia médica y da masajes a los jugadores. Para ello, Boudewijn ha hecho muchos cursos y hace dos años empezó también a practicar la terapia de puntos gatillo. «Ahora mi familia goza de muy buena salud».

Boudewijn dando un masaje en el VV Groene Ster

Aunque sus hijos ya se han independizado, la casa no está para nada vacía: dos perros y un loro hacen compañía a Boudewijn y a su mujer, Brigitte. Sobre todo el loro los tiene entretenidos todo el día imitando llamadas de teléfono o simplemente chillando a los perros. «Lo que queremos enseñarle no lo hace, pero siempre está escuchando y al día siguiente te repite lo que has dicho».

el labrador Jean-Pierre
el boyero Jax
el loro Sjarel

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